Leyenda de la tia Nati | Tabasco |

En el poblado de Acahual vivía doña Eustaquia y don Remigio, una pareja de campesinos que tenían una pequeña cabaña muy cerca del campo. Solían enviar a sus hijos por agua al río más cercano, aunque la mayoría de las veces siempre los acompañaban. En una ocasión su hija Silvia dijo que podría ir sola, quería pasear por el campo y subir a los árboles.

Sus papás la dejaron ir por su cuenta, pero la curiosidad la alejó cada vez más de su casa. Cuando menos lo esperó ya se encontraba muy lejos de su casa y más adentrada al campo de lo que pensaba. Se acercó al río y bebió un poco del agua cristalina antes de llenar sus cantaros.

Pero de repente sintió otra presencia con ella, parecía que alguien se estaba acercando sigilosamente. Silvia pensó que se trataba de un animal, así que trató de no hacer ningún movimiento. Pero a lo lejos pudo ver que se trataba de una mujer, así que no tuvo tanto miedo, la mujer se acercó poco a poco a la niña.

Cuando faltaban algunos metros, la niña dio un gran salto y gritó con todas sus fuerzas al ver que la mujer tenía pelo en todo su cuerpo. Su rostro estaba lleno de pelo, sus ojos parecían tener unas grandes llamas rojas y sus dientes eran tan afilados como los de una bestia. El miedo se apoderó de la niña y se quedó totalmente inmóvil frente a esta terrible mujer.

Cuando los papás de la niña notaron que era demasiado tarde salieron a buscarla al campo. La encontraron tirada cerca del río y parecía que no podía hablar. Después de unos días, la niña enfermó y poco a poco fue perdiendo sus fuerzas hasta morir.

Esa mujer peluda es conocida como la Tía Nati, una poderosa bruja de Acahual. Se dice que pasea por cada uno de los pueblos buscando a niños y jóvenes para quitarles su salud y así poder vivir más años. Hace daño a la gente, y hasta ahora nadie ha podido sobrevivir a su horrible mal de ojo.

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Última modificación: 12 diciembre, 2018

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