Leyenda de la Tamalera Asesina
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Hace muchos años en la Ciudad de México ocurrió una de las historias más espeluznantes de todos los tiempos. Anabel Gómez, era una mujer que se dedicaba a la venta de tamales a fuera del metro Indios Verdes. Se acababa de divorciar, su situación económica no estaba nada bien y sus ventas eran muy escasas. Cada día tenía que competir con otras mujeres que también tenían sus pequeños puestos de tamales.

Imagen Real de Anabel Gomez
Un día Anabel tuvo malas ventas y el único dinero que tenía lo gasto en un poco de comida. Cuando regresaba a su casa y durante el largo camino estaba pensando: -¿Ahora cómo le hago para comprar la carne para mis tamales?
Y de pronto, en una esquina estaba una pequeña niña llorando y muy asustada porque se había perdido. Anabel la ayudó y le pidió que la acompañara a su casa para que desde ahí llamaran a sus padres. Cuando llegaron a la casa le dio a la pequeña un vaso con agua y la sentó a ver el televisor mientras ella buscaba el teléfono para llamar a la policía.
Pero justo al tomar el teléfono Anabel tuvo una escalofriante idea, vio a la niña y se imaginó cuánta cantidad de carne podría sacar de ella para hacer sus tamales. Así que le tapó la boca a la niña, la golpeó en la cabeza hasta matarla y la hizo cachitos como si se tratara de cualquier pedazo de carne animal. Preparó esa carne para sus tamales y al día siguiente salió hacia la estación Indios Verdes a vender como cada día.
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Las personas que compraron sus tamales la llenaron de halagos al decir que sus tamales eran los mejores que habían probado. Las ventas de Anabel incrementaron y por esto decidió continuar con los violentos asesinatos. Siempre invitaba a su casa a jóvenes mujeres que veía solas en la calle, para después matarlas y cocinarlas. Durante muchos meses la mujer mantuvo su negocio de esta forma, matando a más de 50 mujeres para utilizar su carne en los tamales.
En la Ciudad de México muchas personas se preguntan si esta historia fue la única o si en la actualidad hay más tamaleras asesinas vendiendo en las afueras del metro.
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