Leyenda del Árbol del Vampiro en el Panteón de Belén

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Hace muchos años en la ciudad de Guadalajara comenzaron a llegar personas del extranjero buscando una nueva forma de vida. Entre ellos se encontraba un misterioso hombre de piel blanca, alto y delgado que hablaba un idioma desconocido. Aunque nunca se le vio hacer amistad con nadie, algunos creían que ocultaba un terrible secreto.

Siempre salía al anochecer vestido de negro, nunca se le pudo ver durante el día. Desde su llegada algunos animales comenzaron a desaparecer, a los dos días los encontraban muertos y tirados en distintos sitios de la ciudad. Pero lo más extraño era que cada animal tenía una marca en el cuello, como si se tratara de una mordida pero con dos grandes agujeros. Algo o alguien les había sacado toda su sangre pero nadie se explicaba cómo.

Los ganaderos comenzaron a preocuparse por sus animales, había escasez y fue aquí donde ocurrió lo peor. Comenzó la desaparición de hombres y mujeres jóvenes que salían de noche a divertirse pero que ya no volvían a su casa. A los pocos días se encontró el cuerpo de una joven con unas marcas en el cuello, muy similares a las que tenían los animales. El cuerpo era irreconocible, parecía estar seco, algo le había succionado toda la sangre y su piel era pálida. Esto alertó a todas las personas, dejaron de salir por la noche porque tenían miedo de ser atacados por algún tipo de bestia o vampiro.

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Pero a pesar de esto, un grupo de jóvenes rompió las reglas para resolver el misterio. Sospechaban de aquel hombre misterioso y decían que él era el vampiro que causaba tanta desgracia. Pidieron ayuda a un viejo gitano que los aconsejó sobre cómo deberían matar a ese terrible demonio: -“Uno de ustedes debe atravesar su corazón con una estaca de madera y luego enterrar su cuerpo en el panteón de Belén”.-

Entonces, una noche salieron en busca de este hombre, uno de los jóvenes se sentó en el parque a mitad de la noche como señuelo para atraerlo. El vampiro se acercó sigilosamente por detrás con su enorme boca abierta y lista para morder al joven. Justo cuando iba a encajar sus dientes, una red cayó desde el árbol y el vampiro quedó atrapado sin poder hacer nada.

El joven le clavo de inmediato una estaca en el pecho y el vampiro cayó al suelo gritando de dolor. Su cuerpo comenzó a secarse y rápidamente se convirtió en un viejo anciano. Los jóvenes no quisieron perder más el tiempo así que arrastraron el cuerpo hasta el panteón de Belén. Cavaron muy profundo en la tierra para aventar al vampiro y lo enterraron.

Al día siguiente toda la gente se reunió alrededor de la tumba del vampiro y quedaron asombrados al ver que la estaca se había convertido en un frondoso árbol. Con el paso de los años el árbol es más grande y sus raíces rompen cada vez más la tumba del vampiro. Cuando llegue el día en el que se rompa por completo, el vampiro quedará libre y buscará venganza.

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