Leyenda del Gato Negro de Mexicali
En Mexicali vivía una joven soltera que tenía mucho cariño por los animales, en especial por los gatos. Solía adoptar a gatos que encontraba solos en la calle y se encargaba de darles un nuevo hogar. No le importaba si eran pequeños, estaban maltratados o ya eran viejos, su amor era tan grande que todos en la ciudad la conocía como “la muchacha de los gatos”.
Una noche estaba a punto de irse a dormir cuando escuchó que alguien tocaba fuerte en su ventana. Se asomó pensando que sería algún vecino pidiendo ayuda, pero se sorprendió cuando vio unos enormes ojos color amarillo. Se trataba de un gran gato negro que quería entrar a su casa, sin dudarlo dos veces la chica lo dejó entrar. El gato subió a su cama, pero la muchacha lo bajó y nuevamente insistió en subir. La joven dejó que el gato durmiera con ella, sin saber que así sería por muchas noches.
Ese enorme gato que había llegado misteriosamente tenía un comportamiento extraño. A diferencia de los otros, este animal era muy cariñoso con la joven, la seguía a todas partes y a todas horas. En poco tiempo los otros gatos comenzaron a irse de la casa, quedando solamente una gatita que la chica había adoptado desde pequeña. Una tarde, cuando llegó de trabajar la recibieron los dos gatos, pero ella tomó en sus brazos a la gata y esto enfureció mucho al gato negro.
Los ojos del extraño animal cambiaron de color y su gruñido era tan fuerte que parecía el grito de un humano. Atacó a la gata ferozmente y a pesar de que la chica intentó separarlos, el gato mató a la pequeña gata y se lamió las garras. La joven comenzó a llorar y con desesperación aventó al gato negro a la calle esperando que se fuera. Pero durante muchas noches el gato se quedó en la ventana maullando esperando que lo dejara entrar.
Cuando la chica volvía de su trabajó encontró al gato negro dentro de la casa, pero lucía diferente. Estaba más grande, su mirada parecía endemoniada y en un descuidó saltó sobre ella arañándola brutalmente. Su cola era tan larga que la enredó en el cuello de la chica y apretó fuertemente hasta matarla. Salió corriendo y se perdió en la oscura noche.
Algunos vecinos dicen que este endemoniado gato negro era el diablo, otros que se trataba de un espíritu que buscaba venganza. Pero aún puede verse saltando los tejados por las noches, maullando fuertemente y buscando otra casa para vivir.
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