Leyenda del Fantasma de Pichinde
Por el año 1,685 en Calí los frailes tenían la misión de construir una iglesia en el kilómetro 19 de la carretera a Yanaconas. El pueblo era pequeño y la mayoría de los habitantes estaba en contra de ayudar a los frailes. Al ver que la misión era casi imposible, los frailes desistieron excepto uno, que estaba decidido a terminar la iglesia.
Con el paso del tiempo el fraile se ganó el respeto y cariño de los pobladores, a tal grado de que la iglesia fue terminada con su ayuda. Como agradecimiento, el fraile decidió llevar a esa iglesia una gran imagen de una virgen que se convertiría en la patrona del pueblo. Él mismo la llevó desde Quito y la mostró a los feligreses, ellos estaban felices y muy agradecidos por la imagen que tenía dos hermosas y costosas esmeraldas en los ojos.
Pero el fraude fue designado a otra ciudad, así que tuvo que despedirse de los pobladores. La iglesia no tuvo párroco durante muchos meses, hasta que un día llegó un hombre apuesto que decía ser sacerdote. Algunas mujeres decían que él no había sido ordenado ante Dios, los hombres pensaban que se trataba de un suplantador. Cuando el hombre se dio cuenta de las gemas en la virgen, planeó tomarlas y desaparecer del pueblo.
A los tres días de haber llegado el hombre fue encontrado muerto dentro de la iglesia. Lo había aplastado la imagen de la virgen y lo más extraño es que los ojos de esmeralda de la figura ya no estaban. El piso de la iglesia estaba lleno de sangre y nadie supo que pasó con las esmeraldas. Al día siguiente muchas personas vieron que a la hora de la misa en Peñas Blancas el sacerdote apareció en la carretera. Parecía que estaba pidiendo aventón a los conductores que pasaban por ahí.
No se le veían los pies, parecía que estaba flotando y hasta ese momento se dieron cuenta que se trataba de un fantasma. El alma del sacerdote sigue penando en busca de los verdaderos ladrones de las gemas que él siempre quiso obtener. Como castigo, dicen el ente maligno no podrá descansar hasta lograr recuperar las piedras preciosas y devolverlas a la virgen.
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