Leyenda de la Viuda de Nariño
En algunos rincones de Nariño las personas han sido víctimas de una terrible aparición. Justo como le pasó a Don Emilio, un hombre que tenía como vicio el licor y las apuestas. Siempre que salía de trabajar se dirigía a la cantina con sus amigos y gastaba todo su dinero en cervezas. Nunca se preocupó por sus hijos y por eso su esposa lo abandonó.
Don Emilio ya no tenía ganas de vivir, así que a veces evitaba ir al trabajo para pasar todo el día en la cantina. Además, siempre se rodeó de malas compañías. Sus amigos solían robarle cuando el hombre quedaba totalmente inconsciente por culpa del alcohol. Una noche no pudo pagar la cuenta así que fue echado de la cantina a la fuerza.
Cuando se dirigía a su casa, justo a la media noche, notó que en el callejón se formó una densa neblina. La temperatura descendió rápidamente, y él comenzó a asustarse. A lo lejos vio la silueta de una persona, así que le gritó para que saliera y se mostrara. Pero al ver que no se movía, Don Emilio comenzó a acercarse más, hasta que pudo ver que se trataba de una mujer vestida de negro. La mujer le pidó que la guiara al cementerio porque quería visitar a su esposo que había fallecido.
Al acompañarla la mujer tomó su mano y le dio una gran sensación de escalofríos, como si algo malo estuviera a punto de pasar. Al llegar al cementerio no había luz, era casi imposible ver el camino, así que Don Emilio le dijo que hasta ahí podría acompañarla. La mujer le dijo que ese era el sitio perfecto, puso sus dos manos en el pecho del hombre y lo empujo con fuerza. Don Emilio cayó dentro de una tumba abierta, se golpeó la cabeza con una roca y perdió el conocimiento.
A la mañana siguiente, cuando despertó y vio que estaba dentro de una tumba, pidió ayuda para salir. El encargado del lugar corrió a ayudarlo y escuchó su terrible historia. Pero no se sorprendió ya que le dijo que como él, había muchos hombres que fueron víctimas de esta misteriosa mujer.
Se trata de la viuda, una mujer que viste de negro y lleva consigo una mantilla color verde. Justo a la media noche sale de la nada y parece caminar sin un rumbo fijo sobre las calles más solitarias. Los que la han visto aseguran que se trata de una ancianita de 60 años que siempre lleva el rostro tapado. Siempre engaña a los hombres para llevarlos al cementerio y enterrarlos en la tumba donde antes estaban los restos de su difunto esposo.