La aparición en el Zoológico de Culiacán

El zoológico de Culiacán siempre fue un sitio muy agradable para visitar pero sobre todo para sus trabajadores. Durante los primeros años desde que abrió sus puertas era un ambiente muy agradable, todos los empleados se conocían y se llevaban muy bien.

Uno de los conserjes, llamado Panchito, era uno de los más queridos por todos y hasta por los animales ya que siempre los trataba bien. El hombre sintió mucho afectó por un pequeño monito a quien visitaba todos los días. Siempre entraba a su jaula, le daba plátanos y lo cargaba entre sus brazos hasta que el mono quedará dormido.

Todos los que lo veían pensaban que eran muy buenos amigos, incluso con el paso del tiempo el conserje nunca dejó de visitar al mono. Pasaron los meses y el pequeño mono creció, pero Panchito nunca dejó de cargarlo y arrullarlo entre sus brazos. Aunque la salud de este hombre comenzó a deteriorarse y poco a poco fue empeorando.

Un día, el mono no tuvo la visita de su amigo, lo cual lo comenzó a poner muy triste, esa noche parecía que estaba llorando y no comió nada. Los cuidadores no sabían qué hacer con él, y se enteraron que Panchito había sufrido un infarto que le quitó la vida de forma inesperada.

Pasaron algunos días, hasta que uno de los vigilantes durante sus rondines nocturnos vio la silueta de un hombre acercarse a la jaula del mono. El misterioso hombre entró a la jaula del mono, lo cargó, comenzó a arrullarlo y a alimentarlo. El vigilante le gritó al hombre pensando que se trataba de Panchito, y siguió con su camino sin esperar respuesta ni acercarse más.

Al día siguiente, dentro de la jaula del pequeño animal amaneció un gran racimo de plátanos, lo que sorprendió a los cuidadores del lugar. Cuando le preguntaron al vigilante sobre lo que había pasado, él solamente les respondió que Panchito había ido a ver al mono durante la noche, a lo que ellos respondieron que era imposible porque él ya había muerto.

El vigilante se quedó totalmente inmóvil, sintió un gran escalofrío recorrer su cuerpo y ya no dijo ni una palabra. Muchos de los trabajadores del zoológico aseguran que durante la noche se puede ver a un hombre pasear por todo el lugar y cuidando de los animales, especialmente del pequeño mono.